El Cádiz, décimo clasificado con 20 puntos en LaLiga Santander, afronta su segundo partido de Copa después de haber eliminado al Ribadumia, otro equipo pontevedrés, sólo tres días después de haber disputado su encuentro más reciente de la competición liguera, en Valencia (1-1).
Los pupilos de Álvaro Cervera han enderezado un poco su situación en Primera con los dos últimos empates logrados, frente a los valencianistas y antes contra el Valladolid (0-0), que les mantienen en la mitad de la tabla clasificatoria y les han permitido dejar atrás una singladura de tres derrotas consecutivas.
Sin embargo, hace cuatro jornadas que los cadistas no ganan y en las últimas nueve sólo han vencido en un partido, empatando otros tres y perdiendo cinco.
Por ello, el Cádiz se toma la Copa como una especie de bálsamo para volver a saborear un triunfo, aunque los gaditanos son conscientes de la dificultad que conlleva medirse a un equipo de Segunda B que afronta el choque con moral para intentar dar la gran sorpresa y eliminar a un conjunto de Primera División.
En cualquier caso, Cervera se ha mostrado realista, sabe lo difícil que sería hacer algo grande en el torneo copero y ha avanzado que también quiere que éste les sirva para «probar cosas», con lo que alineará a los futbolistas que menos minutos han disputado en la Liga y a otros recién salido de lesiones, dando descanso a los más habituales.
El Pontevedra detecta un positivo antes de recibir al Cádiz en la Copa
“El jugador afectado está apartado y el resto estamos bien, entrenando en perfectas condiciones. En principio estará así hasta el próximo viernes cuando le harán otra prueba, y si va todo bien volverá a entrenar con el grupo al día siguiente”, explicó el entrenador del Pontevedra, Jesús Ramos.
El resto de los jugadores, que no habían estado en contacto con su compañero, han sido sometidos a un test PCR y han dado negativo, por lo que estarán a disposición del técnico gallego, salvo los lesionados Adrián Cruz y Romay.