Luis César cumple un sueño y asume la reanimación del Deportivo

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Abegondo (A Coruña), 9 oct (EFE).- Luis César Sampedro, nuevo técnico del Deportivo, ha asumido con optimismo la misión de reanimar al conjunto gallego, en el que cumple el sueño que tenía cuando hace veinte años, en plena transición de la portería a los banquillos, acudía al Estadio de Riazor para ver al equipo que ahora entrena.

El técnico cambió el plan de trabajo previsto por su antecesor en el cargo, Juan Antonio Albacete Anquela, y dispuso dos dobles sesiones en los primeros días de entrenamiento para que los jugadores conozcan el esbozo, las líneas maestras, de lo que quiere construir en el Deportivo.

Antes de ponerse manos a la obra para sacar al equipo de las posiciones de descenso a Segunda B, el arousano trasladó en su presentación el optimismo y la ambición con la que afronta este nuevo reto que se le presenta en su dilatada carrera en los banquillos.

El Deportivo se puso en contacto con él la semana pasada antes del partido con el Almería (0-0), que supuso la destitución de Anquela, porque entonces el Consejo de Administración ya había dado orden al director deportivo, Carmelo del Pozo, para tener dos plantes: el de la continuidad del jienense en caso de victoria y el del relevo en el banquillo si esta no se producía.

Así lo confesó el propio Luis César y lo ratificó el presidente del club, Paco Zas, que le acompañó en su primera comparecencia ante los periodistas.

Mientras, el director deportivo se sentó en primera fila, un papel secundario respecto al que tuvo en el mercado de jugadores y con el anterior técnico después de que Zas reconociera que en verano se le había sobreexpuesto a los medios de comunicación.

Luis César se ha comprometido hasta final de temporada con el Deportivo, con opción a continuar en caso de ascenso, y dijo que cumple así «un sueño».

«Llego a un gran club, de mucho prestigio a nivel nacional, un referente a muchos niveles. Estoy muy ilusionado de estar aquí. Llevo muchos años de entrenador, he visto partidos memorables aquí y siempre soñé con estar un día en el banquillo del Deportivo. Cumplo un sueño y estoy tremendamente feliz», aseguró.

Reconoció que el Deportivo tiene «un déficit importante de puntos», pero precisó que eso «no es indicador de nada» en una categoría que es «de rachas».

«Es muy importante cuando ganas saber por qué para cuando pierdes, saber por qué. Nadie ha conseguido nada. Ni el Cádiz puede asegurar que está en Primera ni nosotros que estando abajo ya no podemos alcanzar a los equipos que nos preceden. En Segunda es todo mucho más igualado, es una Liga de ser consistente y resistente», opinó.

También advirtió de que llega al Deportivo «a por todo, a alcanzar la máxima posición posible» y consideró que «hay tiempo para hacerlo».

«A mí me gusta el plantel. Sé que hay muchos futbolistas que no están en su mejor versión y entre todos tenemos que hacer que brillen. Veo una plantilla muy buena. Siempre digo la frase de que en Segunda somos todos parecidos. No hay las diferencias abismales de Primera donde los ricos están arriba y los pobres, abajo», apuntó.

El entrenador pontevedrés indicó que quiere «un equipo completo, que piense en las dos porterías y dé importancia a todo lo que pasa en el campo», que sea «bueno en las cuatro fases del juego».

«Ahora tengo que simplificar, seleccionar la carga táctica, ser práctico, y que en Las Palmas se vean cosas que me gustan. Tampoco quiero volver loco a los jugadores cargando un montón de información. Para que hagan sin pensar las cosas tiene que pasar tiempo. No es cosa de llegar y darle un vuelco a todo. Los días son los que son», señaló.

El margen de mejora pasa, especialmente, por la defensa: «Son 17 goles en contra y no es viable, así vamos a la quiebra futbolística. Con 70 en contra estás descendido. Tenemos que defender bien».

Luis César apuntó que «la gente quiere ir al campo y ser feliz, y en este momento la gente del Deportivo es infeliz».

Respecto al ambiente enrarecido en el entorno del Deportivo, que pidió la salida de Del Pozo y, con menos voces, la dimisión del Consejo de Administración, el presidente afirmó que «los accionistas son libres de hacer lo que creen en cada momento».

«Yo tengo que trabajar y ser responsable, no dejar que eso nos afecte en la toma de decisiones, no se pueden tomar por lo que puede estar pensando un grupo de aficionados o de accionistas. El Consejo, yo, tomo unas decisiones, mis decisiones y nadie de fuera del Consejo participa en esas decisiones», declaró.

En este sentido, señaló que son «un Consejo fuerte, unido» y que no se deja influir en la toma de decisiones.

El dirigente pretende encontrar la continuidad en el banquillo blanquiazul (lleva once entrenadores desde 2014) desde la «galleguidad» y de ahí la apuesta por Luis César.

«Una de las características que pedíamos al director deportivo para el banquillo es un hombre con experiencia, capacidad, que conoce la categoría y al Deportivo, porque vive en A Coruña. Queríamos dar la mayor continuidad posible al cargo de entrenador con la galleguidad. Hay que identificar lo mayor posible al club con la región», señaló.

Zas dejó claro que desde el club se «respetó» al entrenador saliente y dijo que su destitución se ha debido a los resultados y las sensaciones.

«Sobre todo nos pesó la dinámica de no ganar. Cuando un equipo entra en una dinámica de no ganar, llega a acostumbrarse a eso. No quería que los profesionales se acostumbraran a no ganar», manifestó el presidente, que mantiene como “objetivo” acabar entre los seis primeros y optar así al ascenso a LaLiga Santander.