1 – España: Unai Simón; Azpilicueta (Marcos Llorente, m.85), Eric García (Pau Torres, m.109), Laporte, Jordi Alba; Busquets (Thiago, m.106); Koke (Rodri, m.70), Pedri; Dani Olmo, Ferran Torres (Morata, m.62) y Oyarzabal (Gerard Moreno, m.70).
Goles: 1-0, m.60: Chiesa. 1-1, m.80: Morata.
Tanda de penaltis: Locatelli: fallo (0-0). Olmo: fallo (0-0). Belotti: gol (1-0). Gerard Moreno: gol (1-1). Bonucci: gol (2-1). Thiago: gol (2-2). Bernardeschi: gol (3-2). Morata: fallo (3-2). Jorginho: gol (4-2).
Árbitro: Felix Brych (Alemania). Amonestó a Busquets (51) por España; y a Tolói (97) y Bonucci (118) por Italia.
Incidencias: encuentro de semifinales de la Eurocopa 2020, disputado en Wembley ante 57.811 espectadores.
Esta vez salió cruz
España acarició la excelencia como al balón en un duelo de alta escuela
Luis Enrique ya es el ganador
Italia despejó las dudas con rapidez
La experiencia de Busquets metió cloroformo al inicio de locura italiano
Y Olmo respondió con un partido para enmarcar en todas las facetas menos en la definición. A los 25 minutos, con todo para marcar, como si de un penalti se tratara, se topó con Donnarumma. Esa acción perdonada aumentó el respeto después de que Pedri sacase la varita para filtrar un pase mal controlado por la gran sorpresa del once español, Mikel Oyarzabal. Novedad junto a Eric García ante una ‘azzurra’ que apostó por Emerson ante la importante ausencia de Spinazzola.
El dominio español pasó a ser abrumador en todas las facetas del juego salvo en el área rival, sin la determinación necesaria para trasladar al marcador la superioridad. Ferran y Oyarzabal, siempre de fuera hacia dentro, dejaron los primeros avisos con sus disparos. Pero la igualdad de las grandes citas no entiende de errores y una mala salida de Unai acarició la catástrofe. Emerson medía mal el pase y Barella no pudo armar el disparo sin nadie en la portería.
En la lección de presión, consiguió España que el jugador rival que más iniciase jugada fuese Donnarumma. Provocó el error sin asestar el castigo entre intentos de Olmo, corriendo al ritmo que imprime Pedri pero siempre en vilo por la falta de seguridad en defensa. Sufriendo por la zona de Eric García, apareciendo Emerson para cerrar el primer acto con un disparo sacado por Unai que tocó en el travesaño.
Italia entendió que desde la posesión nunca sería superior a su rival y presentó un cambio de plan para el segundo acto. Propuso un partido de ida y vuelta, un intercambio de golpes repleto de valentía. España lo aceptó desde la seguridad que sentía en su mejor partido del torneo, sin pensar en los regalos que ha ido dejando en el camino.
Así cometió el primero, en un despeje de Laporte sobre Inmobile que avisó con un disparo cruzado. Era el momento Oyarzabal, dañando con el balón cosido al pie en los ida y vuelta, regalando la primera a Busquets, que rozaba el larguero con su disparo, y topándose con Donnarumma en la segunda. Fue cuando llegó el duro golpe de Chiesa a a hora de partido. Un disparo ajustado al palo, imparable, tras una acción repleta de velocidad que encontró el corte de Laporte a la espalda de Eric y un rechace que se convirtió en oro.
Por segunda ocasión en el torneo por detrás en el marcador, con media hora para evitar una injusticia deportiva. España no se detuvo en el lamento y se lanzó por lo que consideraba justo. Respondió con grandeza pese a lamentar contundencia, perdonando un centro medido de Koke a la cabeza de Oyarzabal y el enésimo intento de Olmo.
La perfecta lectura de Luis Enrique dejó un último movimiento que impulsó la reacción
El reencuentro con su pasado de Italia, con un equipo que renunció al ataque para defender el resultado, le jugó una mala pasada. No volvió a generar y quedó a expensas del acierto español en los últimos metros. Gerard Moreno no lo tuvo en la última del tiempo reglamentario antes de una prórroga en la que el cansancio rebajó la brillantez.
Es el momento donde el hambre de ganar debe imponerse al miedo a la derrota