Quien lo ve cada fin de semana sobre las canchas de la geografía nacional podría afirmar que está viviendo una eterna segunda juventud. O una tercera. Al igual que ocurre con el capitán madridista Felipe Reyes, el tiempo parece no pesar sobre Fran Vázquez.
Una faringitis lo dejó fuera de juego este en la visita del Tecnyconta Zaragoza a su Lugo natal, pero el internacional español sigue en plena forma. 21 minutos por partido y unos números de 7.4 puntos, 3.7 rebotes y 1.4 asistencias avalan su rendimiento. Aunque a estas alturas de la película, no tenga nada que demostrar.
El pívot, a sus 35 años, es una de las caras visibles del conjunto maño, el cual, tras un inicio dubitativo, ha recuperado la senda de la victoria y sueña con la Copa del Rey: octavos con un balance de cinco triunfos y cuatro derrotas.
Porque contar con Fran Vázquez en tu plantilla es sinónimo de éxito. Formado en el Centro de Formación Siglo XXI, fue en Unicaja donde maduró como jugador (y conquistó su primer título, la Copa del Rey de 2005) y en Barcelona donde explotó y se afianzó como uno de los mejores interiores españoles del presente siglo. Y de los más infravalorados, posiblemente.
Seis prolíficas temporadas en el Palau en las que llenaría su vitrina particular de trofeos: tres ligas ACB, otras tres Copas del Rey, una Supercopa y una Euroliga. En el ámbito personal, aumentaría su status con el MVP de la Copa de 2010 y en Europa se convertiría en el máximo taponador en la historia de la Euroliga.
Una nueva experiencia de cuatro años en Málaga se saldaría en blanco pero, cuando todo parecía que acabaría así, el fichaje por el Iberostar Tenerife volvería a elevar su nombre a primera plana. En la isla se convertiría en el máximo taponador de la historia de la ACB (superando a el también gallego Fernando Romay) y terminaría de completar su palmarés con dos títulos que no poseía: la recién creada Basketball Champions League y la Copa Internacional, coincidiendo con las dos mejores campañas en la historia del club insular.
Ahora, en Zaragoza, las motivaciones de Fran son distintas y conoce a la perfección su rol, pese a disfrutar de un gran número de minutos en pista. «Comencé la temporada con unas molestias en el tobillo, pero ahora me siento bien. Mi función es la propia de un veterano, ayudar en las cosas que mejor conozco y dar serenidad al equipo.»
¿Y la retirada? «Antes esto me quedaba lejos, pero ahora sí que está más cerca el final. Ahora mismo no pienso demasiado en esto, y estoy centrado en tratar de disfrutar de los dos años que voy a jugar aquí en Zaragoza. Después llegará el momento de tomar decisiones.»
Pues eso, que queda Fran Vázquez para rato. Al menos, dos temporadas más. Disfrutemos de él.
