El Monbus Obradoiro remó a contracorriente y murió en la orilla (73-76)

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ACB Photo - T Rubial

 

Ficha Técnica

Monbus Obradoiro 73:  Pozas (5), Magee (15), Czerapowicz (5), Brodziansky (14), Kravic (10) – quinteto inicial – Calloway (0), de Zeeuw (2), Spires (-), Navarro (0), Font (3), Daum (17) y Vasileiadis (2).

San Pablo Burgos 76:  Fitipaldo (9), McFadden (25), Benite (10), Clark (11), Lima (10) – quinteto inicial – Barrera (0), Vega (0), Salvó (-), Bassas (10), Stevic (2) y Apic (-).

Parciales: 14-25, 17-20, 16-15 y 26-16

Árbitros: Daniel Hierrezuelo, Javier Torres y Vicente Martínez.

Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 17 de la Liga Endesa, disputado en el Multiusos Fontes do Sar, ante 5.134 espectadores.

Derroche de energía de un cuadro mermado por las lesiones que a punto estuvo de culminar una remontada heroica. El combinado de Moncho Fernández se levantó cuando perdía por 18 puntos en el último cuarto, y tuvo tres oportunidades de empatar el partido.

Acierto e intensidad burgalesas

El cuadro de Peñarroya compareció sobre el parquet del Fontes do Sar muy aplicado. Sabían los burgaleses de la buena dinámica del Monbus Obradoiro en su feudo, y por eso trataron de desactivar pronto a la afición y romper el encuentro de salida. Los visitantes empezaron muy acertados, comandados por el mortífero McFadden, una pesadilla durante toda la tarde.

El escolta de San Pablo Burgos fue imparable. Anotó siete triples en ocho intentos, alguno de ellos prácticamente imposibles. No falló McFadden ni siquiera cuando le punteaba Kravic, o tirando a la media vuelta, cayéndose con el reloj de posesión a cero. Sumó 25 puntos, la referencia defensiva del cuadro castellano.

Dificultades en el arranque

Al Monbus Obradoiro le costó carburar en ataque en los primeros compases del partido, sin acierto en el triple y con dificultades para encontrar ventajas interiores. El primer triple lo clavó Daum en el segundo cuarto, después de 11 intentos que se habían encontrado con el aro. El Monbus Obradoiro trataba de encontrar buenas situaciones de tiro y encontraba opciones liberados, pero sin conseguir descerrajar el aro del San Pablo Burgos. No tenía ese problema el elenco de Peñarroya, que cerró la primera mitad superando el 50% de acierto y con una amplia ventaja en el luminoso (31-45). El rebote ofensivo fue otro problema para el Monbus Obradoiro, que vio cómo el San Pablo Burgos los castigaba capturándolos y terminando su ataque convirtiendo muchas acciones de tiros de tres.

El retorno de Vasileiadis

Moncho Fernández, en la tarde en la que llegó a los 300 partidos en ACB, trató de sacudir al equipo emocionalmente en la reanudación, con el ingreso en cancha de Vasileiadis, después de tres meses ausente. Sar recibió al alero griego con un rugido y volvió a creer en la remontada. Mejoró ostensiblemente el cuadro local en defensa, y comenzó poco a poco a limar las diferencias. Pero en los momentos de zozobra Burgos encontró a McFadden, que castigó desde el 6,75, y con Ferrán Bassas sabiendo sacar ventajas en el pick and roll.

La fe inquebrantable del Monbus Obradoiro

Después de una semana complicada, con los problemas físicos de jugadores como Calloway y Magee, después de una mañana difícil, en la que Spires y Czerapowicz tuvieron que pasar por el hospital por problemas víricos, y con Vasileiadis todavía renqueante, el Monbus Obradoiro volvió a firmar otro ejercicio de supervivencia encomiable.

Avanzado el último asalto, después de haber intentado todo, el Monbus Obradoiro se vio 18 abajo (47-65). Un escenario de máxima adversidad en la que cualquier equipo hubiera tirado la toalla. No así el Monbus Obradoiro, y mucho menos en el Fontes do Sar.

Creyeron los hombres de Moncho Fernández, que jugada a jugada, desde la defensa y con mayor inspiración en ataque, remontaron el partido. Daum comandó el conato de remontada obradoirista (17 puntos) y Magee puso la gota de magia necesaria en cualquier remontada imposible. Cuando el Burgos pareció haberle dado la estocada final al Monbus Obradoiro, el escolta americano se inventó un 3+1 que llevó el delirio a la grada.

El Burgos sobrevive a la Caldeira

Defendió bien el Monbus Obradoiro y atacó para empatar el partido en los últimos 20 segundos. Lo intentaron de tres los gallegos, sin fortuna, pero entonces se agigantó Daum. Capturó el rebote en ataque, se levantó, anotó canasta y forzó la personal. El Monbus Obradoiro disponía de un tiro libre para empatar. No acertó el estadounidense, en un día en el que hizo de todo, se puso al servicio del equipo y estacó jugando de tres y también de cuatro. McFadden no falló desde el tiro libre, y Brodziansky se votó sobre la rodilla en la acción final.

 El Monbus Obradoiro murió en la orilla después de una remontada heroica, después de la semana más complicada de la temporada, con innumerables problemas físicos. Pese a todo, los santiagueses volvieron a exhibir fe, a demostrar que son un conjunto irreductible al que nunca se puede dar por muerto. En esta ocasión, el cara o cruz final cayó del lado de San Pablo Burgos, pero los jugadores, exhaustos, se retiraron a vestuarios envueltos en la calurosa afición, que supo reconocer el esfuerzo de los suyos.

Una ovación con la que se puso el broche a una primera vuelta que el Monbus Obradoiro cierra con siete triunfos. El próximo reto, el domingo (12:30), en la pista del Morabanc Andorra.

Íñigo Caínzos – Obradoiro CAB