El Marín mantiene la buena senda ante el Sala Zaragoza (1-3)

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futsal, fútbol sala, fútbol sala femenino, Primera RFEF

 

Marín FS: Silvia Aguete; Cafe, Pau García, María León y Ceci (quinteto inicial). También jugaron, Gaby, Lu y Mar Fernández.

Goles: 0-1, min. 14 Café 1-1, min. 17 Rapha Martins 1-2, min. 18 Ceci 1-3, min. 27 Café

Incidencias: Siglo XXI. Colegiados, Faubell Zaldívar y Lázaro Angulo. Recibió doble cartulina amarilla Antía (26’) en el Sala Zaragoza y amarilla Pau y Ceci en el Marín FS.

 

El Marín sorprendían inicialmente al Sala Zaragoza en feudo aragonés en un partido más que equilibrado, en el que las primeras ocasiones las tenía el Marín en las botas de Gaby, pero el buen hacer de Ana Etayo permitía mantener el choque equilibrado. Poco a poco, parecía hacerse con la manija del juego el conjunto aragonés, pero se estrellaba una y otra vez ante el buen orden defensivo del conjunto pontevedrés.

En un error en la salida de balón del Sala Zaragoza, Café robaba en tres cuartos y la colombiana resolvía con una sutil vaselina a Ana Etayo. A falta de tres para el descanso, Rapha Martins remachaba con la cabeza una falta botada en tres cuartos por Antía que despejó en corto la zaga del Marín y la brasileña aprovechaba para igualar el choque.

En una contra, el Marín conseguía de nuevo adelantarse por mediación de Ceci, en jugada personal en la frontal del área y de disparo raso que llegaba a tocar Martins pero sin poder evitar el 1 a 2. Poco más tarde, el Marín disponía de un diez metros que lanzaba Ceci pero Etayo conseguía salvar a la escuadra aragonesa.

Una tempranera expulsión por doble amarilla de Antía en el Sala, permitía al Marín disponer de superioridad numérica que aprovechaba para anotar el 1 a 3 por mediación de Café que aprovechaba un balón suelto en el área tras disparo lejano de Ceci.

El Sala intentaba reaccionar en el tramo final del partido, pero el conjunto pontevedrés se mostraba muy asentado sobre la cancha y los intercambios de ocasiones no incidían en el luminoso, a pesar de un postrero cabeza de Laura Boix que salvaba la zaga del Marín en una de las últimas ocasiones locales de un Sala al que le faltó pólvora para evitar la derrota.