El Club Ciclista Rías Baixas empieza a rodar en el campus de la Universidad de Vigo

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Por tercer año consecutivo, los trabajos de preparación para una nueva temporada deportiva acercan hasta la Facultad de Ciencias de la Educación y del Deporte a los deportistas del Club Ciclista Rías Baixas, que bajo la supervisión del profesor Óscar García y del titulado José Abalo inician en estas semanas un programa de entrenamiento de fuerza y flexibilidad dirigido a mejorar sus prestaciones sobre la bicicleta dentro de unos meses. “El año pasado hicimos un seguimiento de los ciclistas a lo largo de la temporada y comprobamos que el entrenamiento de fuerza es un estímulo muy útil para el ciclista, mucho más incluso de lo que pensábamos”, destaca García de un trabajo que, partiendo de las evaluaciones del rendimiento que se realizan a cada corredor, llevará la pautar un programa personalizado tanto para el trabajo en gimnasio que se desarrollará en la propia facultad del campus pontevedrés hasta comienzos de febrero, como en sus sesiones de entrenamiento en la carretera.

 

En el marco de un convenio marco ente a Universidad y este club Élite y Sub23 de Nigrán, los ciclistas vienen de iniciar en las propias instalación de la facultad, bajo la coordinación de Abalo, un entrenamiento que, como reconoce García, constituye una práctica no demasiado habitual en este deporte. “Esto es una investigación aplicada, por lo que, además de contribuir a su preparación, los permitirán saber algo más de cómo responde el ciclista la este tipo de estímulos”, señala este docente, que incide en que, tras una primera colaboración en 2015, que sirvió “para limar el diseño de la investigación” y datos la pasada temporada permitieron constatar una serie de mejoras tras un ciclo de entre diez y doce semanas de entrenamiento.

Con ese mismo propósito, el trabajo que vienen desarrollando desde el mes de diciembre abarca una serie de mediciones de la potencia y fuerza máxima que aplican en determinadas máquinas del gimnasio, a las que se sumarán en enero los análisis “ya más específicos que en enero haremos encima de la bicicleta con un cicloergómetro”, con el propósito de conocer ya al detalle “la potencia que aplican al pedal”; análisis que posteriormente contrastarán con las nuevas mediciones que realicen cerca del verano, cuando los corredores se encuentren ya en un pico de forma mayor. “La idea de todo esto es que llegue al preparador, que les acerque información de que es importante el entrenamiento de fuerza en distintos ciclos a lo largo de la temporada, porque les va a ayudar a mejorar la potencia aplicada al pedal de sus ciclistas”, añade este investigador.

 

Un trabajo que se constata sobre la carretera

García y Abalo ya coordinaron el pasado curso un programa de entrenamiento de fuerza para los ciclistas del Rías Baixas que sirvió como punto de partida a una temporada en la que, como reconoce este docente, “fue francamente bien a nivel de resultados”. En esa misma línea se pronuncia también el director deportivo del Rías Baixas, Marcos Serrano. “Si lo volvemos a hacer es porque funcionó”, destaca este ex-ciclista profesional y ex-alumno de la facultad de un trabajo específico que combina con las concentraciones que le permiten trabajar conjuntamente, “como un equipo”, con el grupo de ciclistas que dirige. “Lo que notamos es que el equipo no se viene abajo en ningún momento, que se mantiene todo el año”, destaca Serrano de un trabajo que, como señala, le otorga uno “feedback” que le permite también “conocer a los corredores, porque el ciclismo al final es un deporte en el que vas en un coche a 60 kilómetros por hora”, por lo que es este trabajo previo lo que permite “ver esos detalles que luego se transfieren a la bicicleta”.

 

No en vano, la programación del entrenamiento ven precedida de una valoración del rendimiento de cada corredor, en el que, a través de un estudio de su composición corporal, de la potencia que son capaces de generar con su tren inferior o de una tensiomiografía que les permite ver las características de los principales músculos que afectan a la pedalada, permite definir un plan de entrenamiento individualizado, en el que, a través de una serie de pautas, el ciclista pueda adaptar su trabajo sobre la bicicleta a las intensidades precisas para obtener una mejora.

 

Avanzar en la coordinación

Estas evaluaciones del rendimiento constituyen pues un pilar básico para programar un trabajo de preparación que, como apunta García, ”este año empezamos un poco más tarde que el anterior, ya que vamos a ajustar un poco el calendario a que algunos de ellos lleguen en un pico de forma a Copa de España”. En ese sentido, destaca como la principal novedad de la temporada “que estamos dando un paso más en el que es una preparación absolutamente integrada”. De este modo, el trabajo coordinado que desarrolla junto con Abalo, Serrano y el responsable médico del Rías Baixas, Manuel Pueyo, permitirá en el 2017 no solo “programar el calendario de entrenamiento, sino también la carga exacta que va a tener cada ciclista a lo largo del mismo”, tanto de trabajo de fuerza, como de resistencia y flexibilidad.

Eduardo Muñiz | Pontevedra