El Deportivo se lleva el derbi en un ejercicio táctico impoluto. Lucas Pérez abrió la lata y un tanto de Jonny en propia puerta sentenció el encuentro.
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RC Deportivo: Lux; Juanfran (Jonás Gutiérrez, min. 80), Arribas, Sidnei, Fernando Navarro; Álex Bergantiños, Pedro Mosquera; Cani (Fayçal Fajr, min. 68), Lucas Pérez, Luisinho; y Jonathan Rodríguez (Laure, min. 74). Celta de Vigo: Sergio; Hugo Mallo, Sergi Gómez, Fontás (Planas, min. 58), Jonny; Augusto Fernández, Wass; Orellana, Tucu Hernández (Guidetti, min. 72), Nolito; e Iago Aspas. Goles: 1-0, min.23: Lucas Pérez. 2-0, min.94: Jonny, en propia meta. Árbitro: Álvarez Izquierdo (Colegio Catalán). Amonestó a Lux (min. 25), Mosquera (min. 52), Jonathan Rodríguez (min. 53), Luisinho (min. 70), Juanfran (min. 78), por parte del Deportivo; y a ‘Tucu’ Hernández (min. 40), Jonny (min. 78), Nolito (min. 84), por parte del Celta. |
Galicia festejaba anoche su fiesta del fútbol gallego en Riazor. La primera de las dos, que a priori y salvo que la Copa depare un enfrentamiento, se celebrarán en esta temporada. El estadio coruñés vistió sus mejores galas y se llenó de aficionados deseosos por volver a vibrar con los suyos. Los locales acudían con ganas de revancha tras las dos derrotas de la pasada campaña y los visitantes buscando hacer sangre en casa del eterno rival.
Víctor Sánchez sorprendió a propios y extraños con su revolución en la alineación titular. Así, entraron en liza futbolistas apartados en los últimos tiempos. Luisinho ocupó el lateral izquierdo, Juanfran suplió a Laure en el derecho, Bergantiños entró en lugar del lesionado Borges, mientras que Cani y Jonathan Rodríguez fueron la sorpresa en el ataque bñanquiazul. Por su parte, Berizzo, acostumbrado ya a su once tipo, no varió esquemas. Fontás y Sergi Gómez ocuparon el eje de centrales y Tucu Hernández fue finalmente de la partida en la medular, por delante del pelotero Augusto y del danés Wass.

Empezaron mejor el encuentro los locales, que salieron con una idea clara, ahogar la salida de balón del Celta y anular la creatividad en la medular. Pedro Mosquera se erigió como pieza principal del esquema de Víctor. El mediocentro, con la ayuda de Bergantiños, anuló por completo a Augusto Fernández. El argentino no fue capaz de trenzar jugadas, lo que privó a los olívicos de mostrar su mejor versión. Hernández estuvo desaparecido y Wass se vio superado por la velocidad de los puntas, que inquietaban en todo momento a los zagueros olívicos.
Lucas Pérez, en gran momento de forma, volvió a ser la referencia en ataque y a llevar el peligro. El punta coruñés avisó en dos ocasiones antes de perforar la meta de Sergio. La primera, con un disparo desde el interior del área, que se marchaba desviado y la segunda acto seguido, con un remate a la media vuelta que no encontraba portería. Entremedias, también gozó Nolito de una buena oportunidad tras un error de Arribas, pero el gaditano no fue capaz de sorprender a Lux con un amago de vaselina. Fue el preludio del tanto local. Cani sirvió un balón en boca de gol a Bergantiños, que se encontró con Sergio Álvarez, el balón salió rebotado y Lucas Pérez remataba a puerta vacía.
El tanto pudo tener réplica tres minutos después. Una galopada de Aspas hacia el interior del área, fue cortada por Fernando Navarro, que derribaba al moañés. Álvarez Izquierdo señalaba la pena máxima y Nolito, el especialista vigués, notaba la presión de Riazor y disparaba tímidamente a la derecha de Lux, que adivinaba las intenciones y detenía la pena máxima. Pudo ser un punto de inflexión para los vigueses, pero acabó siendo un lastre durante el resto del encuentro.
Los coruñeses siguieron a lo suyo, imprimiendo velocidad al ataque, buscando los contragolpes, ahogando la salida del balón del Celta y anulando la creación viguesa. Con esta idea, Víctor Sánchez fue capaz de no permitir que el tridente vigués gozase de oportunidades. El repliegue blanquiazul y la posesión viguesa no se tradujeron en oportunidades visitantes. Los de Berizzo buscaron en exceso a Nolito y Orellana se difuminó en la noche coruñesa. Las ocasiones de mayor peligro siguieron en las botas locales, que pudieron ampliar distancias por mediación de Jonathan Rodríguez, pero no estuvo acertado en la definición el uruguayo.
La segunda mitad no cambió de guión. Los locales siguieron a lo suyo, pero empezaron a acusar los excesos del encuentro. La posesión olívica no se transformaba en oportunidades manifiestas y el Deportivo pudo matar el partido a la contra. Primero con un disparo de Jonathan Rodríguez, que se encontraba con Sergio Álvarez y, poco después, un remate de Juanfran que se estrellaba en el poste.

Berizzo buscó un cambio de rumbo dando entrada a Guidetti por un desaparecido Tucu Hernández. El chileno volvió a demostrar que en determinados encuentros es mejor contar con un medio de corte defensiva. El sueco no consiguió cambiar las tornas y las ideas de los vigueses terminaron por mostrarse en realidad. Orellana entró más en juego, pero la definición brillaba por su ausencia. Un remate de Aspas desviado y un cabezazo de Hugo Mallo a las botas de Nolito fueron lo más destacado del Celta en los últimos minutos.
El choque todavía deparaba un tanto más. La zaga coruñesa se sacaba de encima un balón al pelotazo. Lucas, incansable durante todo el encuentro, presionó a Jonny, que decidió ceder a Sergio Álvarez, pero sin darse cuenta que el cancerbero había abandonado la meta. El resultado de la imprecisión se tradujo en el tanto de la sentencia y la desesperación de los canteranos.
La victoria del Deportivo los sitúa en 8ª posición, a 1 punto de los puestos de acceso a Europa y a expensas de lo que hagan hoy Athletic Club y SD Eibar. El Celta, por su parte, encadena dos derrotas consecutivas, pero mantiene la 4ª plaza, con un ojo puesto en el Villarreal CF, que podría arrebatarle el puesto en caso de victoria. El primer Noso Derbi de la temporada se queda en Riazor, tras un ejercicio táctico impoluto.
Fotos: La Liga