España venció a Nigeria y al calor para quedar campeona del Grupo B, aunque no sin contratiempos, Busquets vomitó en el túnel de vestuarios antes del segundo tiempo y Villa con un golpe de calor quedó medio tocado; pero dos goles de Jordi Alba y Torres le dieron la victoria a una España que acaba la primera fase de la Confederaciones con pleno de victorias. Los nigerianos salieron al cien por cien, esfuerzo que acabaron pagando en la segunda parte. Su derrota permite a los uruguayos clasificarse para las semifinales.
La Selección de España no ha decepcionado. Como vigente campeona del mundo y de la Eurocopa, superó la fase de grupos de la Copa Confederaciones con paso perfecto luego de tres partidos que cerró con goleada de 0-3 sobre Nigeria en el Estadio Castelao en Fortaleza.
Con ello, Vicente del Bosque y sus huestes se medirán frente a Italia, como una reedición, más de la Final de la Eurocopa 2012, ahora a disputarse en Sudamérica el próximo jueves 27 de junio en este mismo escenario de Fortaleza y con el objetivo de conquistar el único torneo que no ha logrado ganar: la Copa Confederaciones.
Si bien Jordi Alba fue considerado el jugador del partido por parte de la FIFA, con todos los méritos de por medio, Fernando Torres, con su octavo gol y se colocó a uno de los máximos artilleros en la historia de este torneo, que comandan el mexicano Cuauhtémoc Blanco y el brasileño Ronaldinho.
Con una modificación en el cuadro titular en comparación al primer partido de la Copa Confederaciones frente a Uruguay, Vicente del Bosque dio la oportunidad a Víctor Valdés frente a Nigeria, que respondió a las expectativas y ante los embates de las Águilas Verdes, que se vieron abajo en el marcador al poco de comenzar el partido.
Revolucionado, el duelo generó jugadas de gol desde los primeros segundos. Primero con Andrés Iniesta, quien sacó disparo por izquierda a primer poste y obligó a Enyama a forzar el tiro de esquina. Pero Ideye respondió en el primer minuto con trallazo que logró desviar Valdés.
Oportunidad de un lado y del otro en menos de 120 segundos, hasta que Jordi Alba, al minuto 3 definió una jugada que creció desde medio campo y definió a pase de Andrés Iniesta para atizar un encuentro que de por sí expulsaba brasas, en Fortaleza.
Cesc Fábregas, en menos de 10 minutos, estuvo cerca de pintar el 0-2, pero el guardameta africano lo evitó en una llegada por derecha en la que Omeruo se esforzó demás y terminó lesionado de un hombro para ser el primer cambio obligado del partido por lesión. La modificación no cambió en nada el juego nigeriano, que no dejó de responder a los embites de La Roja.
Akpala fue uno de sus jugadores incisivos y molestos para cualquier portero, pues esperaba definir ante la velocidad por las bandas del equipo, pero entre Valdés y la zaga vio frustradas sus expectativas de marcar el gol del empate antes del descanso frente a una España que tras gol se cansó de fallar, sobre todo desde las botas de Roberto Soldado, que había que ver si falla Torres lo que falló Soldado ayer, la que le podía caer al madrileño hoy en las portadas de algunos diarios.
Un gol frente a una selección nigeriana, que no es lo que en años anteriores mostraba con su velocidad y definición, véase contra la España de Clemente, parecía poco para la Roja. La carencia al frente se evidenció luego de que Ideye no lograra definir de primera un servicio de Musa, una mal que parece infalible para los actuales campeones africanos en torneos importantes de la FIFA.
Pero con tiempo aún por delante, Vicente del Bosque se decidió por David Silva en lugar de Fábregas, que molesto por el cambio optó por irse directamente a los vestuarios. Torres entró por Roberto Soldado, quien decepcionó este domingo, y con dos minutos en el campo definió de cabeza un servicio por izquierda de Pedro Rodríguez, que después saldría de cambio, pero esta vez como homenaje por su actuación.
El nombre de Oboabona sonó ya en la parte final del partido con un punterazo cuando Torres se perfilaba para el tercero, segundo en su cuenta. La cuota española parecía estancarse, pues en el área nigeriana los disparos europeos se estrellaban entre un mar de piernas defensivas que evitaban una goleada.
No obstante, Jordi Alba volvió a aparecer a dos minutos del final con un contragolpe por izquierda en el que se quitó al guardameta y definió cerca del manchón penal, con la portería abierta para gritar el gol y celebrar el paso perfecto español en la fase de grupos de la Copa Confederaciones Brasil 2013.