RC Celta 2-2 Real Madrid | RC Celta, «El Asequible», ya está en semifinales

0

 

[alert type=»info»]

Ficha técnica:

Celta de Vigo: Sergio Álvarez; Hugo Mallo, Cabral, Roncaglia, Jonny; Marcelo Díaz, Radoja, Wass (Pione Sisto, min.88); Iago Aspas (Fontás, min.90), Bongonda y Guidetti (Jozabed, min.84)

Real Madrid: Casilla; Danilo, Sergio Ramos, Casemiro, Nacho; Kroos, Kovacic, Asensio (Lucas Vázquez, min.75); Isco (Morata, min.81), Cristiano Ronaldo y Benzema.

Goles: 1-0, m.44: Danilo, en propia puerta. 1-1, m.62: Cristiano Ronaldo. 2-1, m.85: Wass. 2-2, m.90: Lucas Vázquez.

Árbitro: José María Sánchez Martínez (colegio murciano). Amonestó a Hugo Mallo, Wass por parte del Celta de Vigo, y a Danilo por parte del Real Madrid.

Incidencias: Partido correspondiente a la vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey disputado en el estadio municipal de Balaídos ante unos 26.000 espectadores.

[/alert]

 

El fútbol es un arte, es una sensación maravillosa, es el clímax, es una dosis de adrenalina a gran escala. El fútbol lo es todo y más en noches como la de hoy, cuando recupera su esencia, cuando se convierte en ese fútbol vintage de los 80 y 90, cuando cualquiera podía ganar a cualquiera, cuando eran muchos los que peleaban los títulos. Eran los tiempos en los que el duopolio vencía, tenía sus tramas, pero también sucumbía, eran tiempos en los que jugar fuera de casa amedrentaba, en los que los millones no lo eran todo y en la que todavía se conservaban los valores del auténtico fútbol. Cuando un humilde, con un presupuesto infinitamente inferior, sin un reparto televisivo juntos y con muchos elementos en contra, se impone a uno de los del duopolio, volvemos a recuperar la esencia.

El Celta supo sufrir, fue valiente, tiró de manual y acabó logrando su objetivo, con el sufrimiento de los minutos finales y la ya famosa fortuna blanca en los tramos finales, pero esta noche la historia no estaba escrita para los de siempre. Era una noche de celitismo, en especial de Berizzo, el gran artífice de esta hazaña. El técnico ha confeccionado un equipo que puede ganar a cualquiera, que ha vencido a los grandes, que ha superado un año más los cuartos de final y que a pesar de la marcha de pilares básicos, ha conseguido que su equipo siga vivo en tres competiciones.

El choque arrancó con dominio visitante, pero sin conseguir convertir su posesión en ocasiones de gol. Parte de culpa la tuvieron los zagueros vigueses, que cumplieron a la perfección, ayudados por centrocampistas, extremos y atacantes, que ayudaron con la presión en todo el campo y en las coberturas, anulando el poderío ofensivo merengue. Los olívicos tenían la lección aprendida de su técnico, tocaba morir sobre el césped.

Las primeras ocasiones fueron visitantes, con un doble remate de Cristiano. El primero lo detuvo Sergio Álvarez, con una mano espectacular, reivindicándose el de Catoira. El segundo, con el meta batido, lo estrelló en el palo y Balaídos respiró profundo. Despertaron entonces del letargo los olívicos, que respondieron con un remate de Guidetti a la media vuelta, que se encontró con Casilla.

El choque enfilaba el descanso cuando el Celta hizo valer su verticalidad y fútbol ofensivo. Wass se adentró por banda y sirvió al corazón del área, donde esperaba Guidetti. El remate del sueco fue repelido por Casilla, pero se cruzó Danilo, que desvió el rebote al fondo de la red. Golpe de efecto y de júbilo para Balaídos. Los gallegos disparaban primero una vez más y en un momento de los que llaman psicológico.

Tras el descanso, no cambió el guión, tocaba el Madrid, el Celta presionaba y no había ocasiones, hasta que los blancos anotaron una falta directa, que igualaba de nuevo la contienda. Los capitalinos tuvieron entonces varias oportunidades de anotar el segundo, pero no anduvieron acertados y Sergio echó el resto. Los minutos transcurrían y el marcador no se movía, hasta que Wass disparaba al fondo de la red para los vigueses. Restaban 5 minutos y estaba casi hecho, pero tocaba evitar una nueva flor.

Zidane con sus últimas piezas en liza, mandó a los suyos al ataque y Lucas Vázquez igualó de nuevo en el minuto 90. Los fantasmas se acercaban,pero no hubo opción, solo para Jozabed que pudo anotar el tercero en un mano a mano. El pitido final sirvió para acallar a todos esos que tildaron al Celta de rival fácil, para demostrar que los millones y el poder, no sirven siempre. Una cura de humildad, una noche antiduopolio, una noche de Los Otros18.

Pues ya saben un cuento nuevo. “Érase una vez un equipo tan fácil, que no pudieron con él”.

 

 Foto: La Liga